miércoles, 2 de mayo de 2018

El Béjart Ballet Lausanne en Sant Cugat

Elisabet Ros y el BBL en Bolero. Foto: Jordi García

La compañía de Maurice Béjart, ahora bajo la dirección de Gil Roman, visitó el Teatre Auditori de Sant Cugat donde ofreció dos funciones, el viernes veientisiete y el sábado veinticocho de Mayo. El programa contó con dos coreografías del reconocido coreógrafo de Marsella, Piaf y Bolero, una de Gil Román, Tombées de la dernière pluie y un regalo, un paso a tres fuera de programa.

Carolina Masjuan

Piaf es ante todo una voz, inmensa, omnipresente, inmortal, que trasciende el tiempo y los límites. ¿Qué bailarín, qué actriz podría interpretar a Piaf? No tiene sustancia, es solo amor, esa presencia adorada y torturadora del otro. Cruzando los espejos de la soledad, se arroja a los brazos del otro, siempre otra, la misma, siempre. Hombres: los descubrió, los amó, dio a luz, los sublimó. Los hombres son su fuerza, su alegría, su eternidad, creada por ella, viven gracias a ella, todos se vuelven, eternamente, Piaf,....  así describe la pieza el Béjart Ballet Lausanne (BBL)

Piaf por el BBL. Foto: Jordi García
Para Piaf (1998), coreografía desconocida para el público catalán, Maurice Béjart recurre al elenco masculino que rinde homenaje a esta mujer, a esta voz, encarnando sus textos y sus universos. Empieza con Les mots d'amour con todos los bailarines, para seguir con solos bajo distintas canciones de la gran cantante francesa. Todo el elenco masculino vuele a bailar en conjunto para despedirse con Non, je ne regrette rien. Fotografías de la cantante se suceden en escena. 

La inspiración por esa música parece habitar todos los bailarines, rostros y cuerpos se mueven como si estuvieran animados por la vibración de las notas, las palabras y las emociones de Piaf. Los bailarines son todos excelentes, los solistas de un nivel espectacular, L'accordéoniste, le Bel Indiferent, Le clown, Mon vieux Lucien o T'es beau, tu sais, especialmente emotiva. Un placer para los sentidos, una gran obra que posee todo el aroma Béjart y que el público ovacionó cálidamente.

Julien Favreau y bailarinas del BBL en
Tombées de la dernière pluie. Foto: Jordi García
Siguió Tombées de la dernière pluie (2015) de Gil Roman. Un solo varón y diez bailarinas entre las que encontramos a Elisabet Ros, la catalana que integra las filas de Béjart desde hace 22 años y a quien tuvimos el placer de entrevistar (en breve publicaremos la entrevista). La frase francesa que da nombre a la pieza se refiere a la necesidad de experiencia en la vida, en contraposición a esa juventud que rechaza los consejos de quienes la poseen. 

El trabajo es narrativo, sin contar una historia específica: el hombre parece ser un superviviente, viste una chaqueta sucia y muestra una mirada perdida, asustada. Si hay un argumento, éste está en la relación entre el coreógrafo, los once bailarines y el tema musical, el último cuarteto de cuerdas Schubert y las composiciones del dúo Citypercussion. El hombre y las diez mujeres se cruzan en medio del caos, confrontan sus deseos y sus certezas, llevan el baile hasta el final de sí mismos, hasta la reunión, la fusión …

El elenco masculino de Piaf. Foto: Jordi García
Julien Favreau, a quien habíamos visto ensayar el bolero en el que sería la melodía el sábado, aborda en la función del viernes el papel del hombre. Frágil, terriblemente humano, se busca a sí mismo en un torbellino de emociones y universo cruzado. Un frigorífico, al que entra y por el que desaparece de escena para explorar un siniestro camino subterráneo y volver a aparecer al final, es el elemento escénico destacado. Mediante un vídeo proyectado intermitentemente, vamos siguiendo su andadura por túneles y espacios inquietantes. 

Muy bella la iluminación y la evolución de las bailarinas con un vestuario muy sugerente de vestidos ceñidos de color carne y vaporosas faldas de seda. Las bailarinas liberan sus cuerpos y participan en una danza a veces tribal, sensual, terrenal, llena de energía y poética. Tanto los solos como las partes de grupo, captan la atención, pero la pieza se hace un poco larga, a nuestro juicio ganaría acortándose.

Elisabet Ros en Bolero. Foto: Jordi García

Tras la pausa, un paso a tres de dos varones y una bailarina en puntas. Béjart bebe del lenguaje clásico con las puntas muy presentes en sus trabajos. Un regalo a la audiencia que se nos dio fuera de programa.

Y para acabar su mítico Bolero, tantas veces visto y siempre nuevo, siempre provocando la misma oleada de sentimientos y de emoción. 

Elisabet Ros en Bolero. Foto: Jordi García
Elisabet Ros suele bailarlo en Catalunya, el Liceu, Peralada o ahora en Sant Cugat. La magnífica bailarina estrella de la compañía se ha hecho suyo este ballet como la Melodía, está sublime en ella transmitiendo toda la fuerza y la pasión que desprende la música sublimada por la coreografía de Maurice. Sus brazos tan expresivos, su silueta longilínea, su expresión, todo ese sentimiento que desprende su movimiento y que seduce. Ese in crescendo bestial a medida que los bailarines del círculo se van levantando y participando en la orgía de movimientos. 

El público, fascinado, participa igualmente con una emoción que va aumentando al ritmo de la percusión para estallar en aplausos y exclamaciones al final. 

Este es el único ballet en el que la coreografía es la misma sea hombre o mujer quien la baile. Ravel compuso su Bolero en 1928, a petición de la Sra. Ida Rubinstein, la famosa bailarina y actriz rusa. Maurice Béjart creó su coreografía con esa música para el Théâtre Royal de la Monnaie de Bruselas, donde entonces tenía su sede la compañía, el 10 de Enero de 1961 siendo Duska Sifnios quien lo bailó por vez primera. Jorge Donn le pidió a Béjart bailarla y desde entonces ha habido indistintamente un chico o una chica encima de la plataforma. 

Elisabet Ros en Bolero
Foto: Jordi García
Alrededor se han alternado distintas posibilidades, siendo últimamente solo hombres los que acompañan al/la solista, como así fue en Sant Cugat, con un grupo de jóvenes bailarines del Institut del Teatre participando también en él.

Actualmente son Elisabet Ros desde 1998 yJulien Favreau desde 2007 quienes lo bailan dentro del BBL. Otros, pocos, grandes bailarines fuera del propio BBL, han sido merecederores de poderlo bailar, Sylvie Guillem, Marie Agnes Guillot o Nicolas Le Riche entre ellos. 

Dos días de danza con el cartel de completo, más la función que también había en Terrassa el sábado de nuestro querido Ballet de Catalunya también al completo y todo ello en un fin de semana de puente largo. ¿Quien dice que no hay público de danza? Lo que no hay es voluntad para apoyarla, porque cuando la danza es de calidad llena y va formando cada vez más público, a ver si nos vamos enterando.....



Ballet Béjart Lausanne

Director artístico: Gil Roman

Programa

Piaf
Coreografia: Maurice Béjart
Música: Édith Piaf
Vestuari: Walid Aouni

Tombées de la dernière pluie
Coreografia: Gil Roman
Música: Franz Schubert, Citypercussion–Thierry Hochstätter & jB Meier
Escenografia: Magali Baud
Vestuari: Henri Davila

Boléro
Coreografia: Maurice Béjart
Música: Maurice Ravel
Escenografia i vestuari: Maurice Béjart
Boléro compta amb la col·laboració del Conservatori Professional de Dansa de l’Institut del Teatre


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